Debido a la cantidad de nuevos estímulos, responsabilidades y experiencias que los adolescentes empiezan a experimentar, no siempre saben detectar por sí mismos los problemas que estos cambios pueden estar generando en ellos, ni saben pedir la ayuda necesaria. Por esto, es muy importante el papel de su entorno para la detección del problema. Profesores, padres o incluso amigos pueden detectar cambios negativos en la conducta del adolescente que pueden afectar a su bienestar, su rendimiento académico o sus relaciones personales. 

En la primera entrevista con el psicólogo clínico, el menor irá acompañado del responsable del tratamiento, padres o tutor legal. Será necesario que, en el caso de que los haya, se acuda a la cita con los informes médicos o escolares que puedan ayudar al diagnóstico y a completar la historia clínica, previa al tratamiento. Para realizar el Psicodiagnóstico, se realizarán tests clínicos. 

En esta entrevista no solo el psicólogo entenderá al paciente y su caso, sino que se explicará el papel de cada uno en el tratamiento para ello (incluyendo su entorno cercano), así como las técnicas que se emplearán durante el tratamiento.

En el caso del tratamiento psicológico en adolescentes, también se pasarán cuestionarios o escalas tanto a los padres como al entorno escolar, para poder tener la máxima información posible desde todos los puntos de vista. Esto también ayudará a controlar la evolución del tratamiento y cómo se manifiesta en diferentes contextos.

El tratamiento del adolescente y su terapia se adaptará lo máximo posible a la situación social, personal y familiar del paciente y su entorno.